Estoy sentada en el banco en el que te vi por primera vez. En el que tú, loco y con poca verguenza, viniste a saludarme. Desde ese dia supe que eras tú.
Y ahora no queda nada, solo las cenizas de ese amor de invierno que con el verano se han ido esfumando.
Si, ese invierno en el que quizas por mi falta de mimos, y tus ganas de darlos nos juntamos entre chaparron y chaparron.
Sí, era por mi frio y tu forma de abrigarme.
Por los dias que eran negros y tu, con tu alegria los convertias en grises.
Pero poco a poco el invierno fue perdiendose.
Ya no habia ni chaparrones, ni frio, ni dias negros.
Y el calor y el sol me quitaron las ganas de ti y de tus abrazos. Y ambos, decidimos conocer cosas nuevas, ver nuestras metas. El verano fue muy corto, y muy intenso y ni un solo segundo pense en ti. Ilusa de mi, que no me daba cuenta de que despues del verano, llega de nuevo el invierno. Tengo frio, necesito mimos y si, me doy cuenta de que
te echo de nuevo de menos.
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